No es una cuestión de tamaño: toda empresa necesita la comunicación interna y un plan a largo plazo. ¿Por qué?
Desde una multinacional, hasta una PyME familiar, todas las empresas necesitan incorporar herramientas y procesos de comunicación interna. La estrategia que apliquen impacta en la salud organizacional: repercute en el engagement, en la productividad de los empleados y en la colaboración entre ellos.
¿Suena obvio? Pues, no lo es. De acuerdo con un estudio del bróker de seguros mundial, Arthur J. Gallagher & Co., las empresas en EE.UU. y Canadá están subinvirtiendo en funciones de comunicación interna.
Sin un Norte
En un mercado laboral muy competitivo, en el cual el engagement es una pieza clave para alcanzar el éxito, el 60% de las compañías relevadas carecían de una estrategia de CI a largo plazo.
Es una muy mala noticia para el engagement y, por extensión, para la productividad. Se cree que la pérdida de productividad le cuesta a EE.UU. $550 mil millones cada año, según Gallup.
A veces, las empresas prefieren enfocarse en crear una estrategia de comunicación externa sólida. Ponen allí sus caballitos de batalla, porque creen que lo principal es alcanzar al cliente con mensajes claves. Pero el problema es que una comunicación interna pobre puede resultar en una comunicación pobre con los consumidores.
Además de tener un plan, hay que medirlo
Otro problema que encontró el estudio de Gallagher es que los comunicadores internos no miden el impacto de sus acciones. Alrededor del 25% de los participantes indicaron que hacen solo algunos reportes para evaluar la repercusión inmediata de las actividades. El 12% no hace mediciones de ningún tipo y apenas el 9% hizo una auditoría de comunicación interna de la mano de una agencia externa en los últimos tres años.