El employer branding está en boca de todos por estos días. Es el gran desafío de construir la reputación de una compañía como empleadora. En el proceso, erramos. Todos. Somos humanos.

Hay 5 problemas, en particular, que pueden jaquear hasta las mejores intenciones de pulir la marca empleadora, si no se reparan (o evitan) a tiempo:

  1. Asumir que no se necesita construir una marca empleadora

A la empresa le va bien, los empleados se muestran conformes y los resultados acompañan… Entonces, ¿para qué destinar tiempo y recursos en employer branding? Las razones sobran.

Hoy, los candidatos tienen un rol proactivo y protagónico en el mercado laboral: investigan y estudian a las firmas para decidir en cuáles les gustaría trabajar y en cuáles no. Para ellos, dónde trabajar es tan importante como tener trabajo.

Por eso, las compañías que ‘no figuran en ningún lado’ o tienen una marca empleadora débil, podrían perderse valiosos profesionales, simplemente porque estos saben poco y nada de ella.

  1. Play it safe

Ir a lo seguro puede hacerte pecar de monótono y demasiado convencional. Y, una marca empleadora aburrida, quedará en el olvido en 3,2,1…

Como mencionábamos, hoy los candidatos tienen muchas opciones a la hora de decidir para quién trabajar. Por eso, el objetivo de las empresas debe ser construir una marca empleadora que les permita sobresalir de la multitud y estar en el top-of-mind de los futuros empleados.

Si eres ‘uno más del montón’, posiblemente pierdas a grandes profesionales de tu staff y tampoco consigas incorporaciones sobresalientes.

La creatividad, la vanguardia y el contenido de calidad son piezas clave para lograrlo.

  1. Prometer en grande, cumplir en chiquito

En employer branding, los beneficios para los empleados suelen destacarse en carteles de neón. Sin embargo, lo que prometes debe equipararse con lo que ofreces.

Por ejemplo, si destacas que tu diferencial es promover una alimentación saludable, no puedes brindar solo barritas de cereal gratuitas.

  1. Pensar en la construcción de la marca empleadora como un proyecto con principio y fin

Es todo lo contrario: un proceso dinámico que va desarrollándose y adaptándose a la coyuntura y a los requerimientos del mercado.

Las empresas deberían incorporar el employer branding a su agenda.

  1. Subestimar lo que implica

No solo se trata de subir fotos “curadas” a las redes sociales. La construcción de una marca empleadora lleva tiempo, esfuerzo, recursos y dinero.

Implica capacitar al equipo, buscar nuevos canales de difusión, invertir en campañas eficientes… y muchas iniciativas más que apunten a reforzar el mensaje.

¿Qué otros errores sumarías? Te leemos.