Prometían ser “la” solución para trabajar de manera colaborativa y fomentar la comunicación de los empleados, pero se descubrió que las interacciones personales se redujeron el 70% con esta estructura. ¿Por qué?

No todo lo que brilla…

Adiós, “boxes”. Hasta siempre, puertas y paredes. Libertad total para sentarse a trabajar donde uno quiera, en amplios espacios comunes. Parecía una idea “minimalista” y moderna para interactuar más con los pares y compartir proyectos. El pequeño detalle-problema radica justamente en una respuesta muy humana: ante espacios arquitectónicamente amplios, tendemos naturalmente a retraernos socialmente.

Un estudio de Harvard encontró que, junto con las paredes, se derrumbaba también el número y la calidad de las interacciones cara a cara (¡el 70 %!), y crecía entre el 22 y el 50 % la cantidad de emails y chats.

Los empleados que participaron de la investigación, al encontrarse en una oficina abierta:

  • perdían productividad y atención,
  • empeoraban su pensamiento creativo y su satisfacción laboral,
  • disminuían su concentración y su motivación,
  • y aumentaba su estrés.

¿Alguno de ustedes trató de trabajar en un lugar con música de fondo, charlas telefónicas, risas…? ¿Cómo le avisas al resto que en ese momento no te interrumpan? ¿Con un cartel de “Do Not Disturb” en el escritorio?

No cualquiera puede concentrarse en estos entornos.

Otro punto en contra: un estudio danés halló que los empleados que trabajaban en oficinas abiertas se tomaban un 62 % más de días por enfermedad. Suena probable si consideramos que los gérmenes se expanden rápidamente por superficies comunes y en espacios donde se concentra mucha gente.

Aparte de esto, como señala Liz Stevens en un artículo para Medium, “todos tenemos días malos y, en una oficina abierta, no es fácil aislarse cuando no tienes ganas de socializar”. Tus sentimientos están a la vista de todos en un lugar así.

Algunos remedios rápidos

Stevens propone tres soluciones más posibles y económicas que rediseñar toda la oficina (otra vez):

  • Headphones para todos: auriculares que cancelen el sonido ambiental.
  • Habilitar algún espacio de privacidad (que no sea el baño), donde los empleados puedan despejarse o estar solos y en silencio por unos minutos.
  • Que los enfermos se queden en casa. Es especialmente importante en estos lugares que se cumpla esta política para evitar contagios masivos.

¿Trabajaste alguna vez en una oficina abierta? ¿Cómo fue la experiencia?