Están instaladas entre nosotros desde hace años, como si no hubiera otra manera de generar ideas. Sin embargo, las reuniones de brainstorming suelen ser un fracaso total.

“Convocan a las personas más innovadoras que conocen, y las reúnen en un encuentro especial para aportar ideas. Termina siendo una idea terrible”, opina Adam Grant, psicólogo organizacional y profesor en The Wharton School, en el sitio CNBC Make It.

De hecho, según estudios científicos, las personas serían propensas a producir más ideas originales cuando no interactúan con otros. ¿Por qué?

 

4 problemas fundamentales

Por el solo hecho de reunir colegas bajo un mismo techo, se presentan cuatro conflictos, según Grant y Tomas Chamorro-Premuzic, científico de talentos en la empresa de personal ManpowerGroup, y profesor de psicología organizacional en la Universidad de Columbia y UCL:

  1. Ansiedad social. Tendemos a evitar compartir ideas muy excéntricas, por temor a lo que piensen los otros. Este miedo empeora si percibimos que los demás tienen más experiencia que nosotros, explica Chamorro-Premuzic, en la revista Harvard Business Review.
  2. Nivelación hacia abajo. Este fenómeno es muy común en el deporte: si practicas con personas menos competentes, tu performance declinaría. En una reunión de brainstorming, los más talentosos se ajustarían a los de menos talento.
  3. Pensamiento convergente. En algún punto de la reunión, es posible que los miembros del equipo sientan la presión de presentar “algo”. Entonces, todos coinciden en una idea para “seguir el rebaño” y quedan afuera las sugerencias menos populares.
  4. Pereza social. Suele pasar que las personas se esfuercen menos al trabajar en grupo, porque saben que otros podrían hacerlo por ellos.

Cómo evitarlo

Una opción, si tu plan es continuar con reuniones de brainstorming, es evitar la oralidad. Grant recomienda que cada uno escriba sus ideas en un papel y que luego sean puestas en común.

¿Qué otro consejo práctico aportarías?